miércoles, septiembre 20, 2006

Soledad

Y cuando la noche oscura
con su inarrancable penumbra,
llegue a mi estancia diurna,
no serás una simple pasión absurda.

Y cuando escucho tu claro canto,
que llena todo el espacio,
sé que no estoy solo y platicando,
sino que estoy inmerso en tus suaves brazos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien Carlillos,

Me han agradado tus coplas
que son como las olas,
sin embargo creo
que con ese intelecto,
tu vocabulario debe crecer
para tus poemas no parecer.