viernes, octubre 26, 2007

Aprender a jugar el juego

A mí me han dicho que debo de aprender a jugar el juego. El juego, simplemente el juego.Y todos parecen hacerlo así, los inmaduros adolescentes, y también los supuestamente maduros adultos de treinta años.

Aprender a jugar el juego. Aprender a sacar provecho del juego.

Yo no quiero aprender a jugar un juego, porque por principio de cuentas, no debería haber un maldito juego; la vida no debería estar formada por máscaras, por papeles que interpretar, por posiciones aquí y allá, como un enorme tablero de ajedrez.

Pero todo mundo juega ese juego, y le ven tan normal, quizás porque ya han encontrado la forma en sacar provecho de él. Y quizás por eso le destesto yo: porque no sé jugarlo, y porque me niego a hacerlo.

¿Qué juego juegas ahora? Esa es la pregunta que me hago a todas horas. ¿A qué estoy jugando, Carlos? ¿A qué juego tratan de jugar conmigo? Y la verdad es que yo no quiero jugar un juego. Pero, por ahora, es demasiado tarde no querer jugar, porque soy ya parte de un juego. Aunque, si ya estoy irremediablemente perdido en el juego, mínimo me gustaría saber a qué estamos jugando.

¿A qué estamos jugando? ¿A qué juegan conmigo?

Y esa es la pregunta que me hago también a toda hora. ¿A qué juegan conmigo? No puedo evitar estar en el juego, pero mínimo quisiera saber a qué juegan conmigo. Y entonces, quizás, poder divertirme en ese absurdo juego.

No hay comentarios.: