sábado, enero 19, 2008

Tú haces berrinche, yo hago berrinche.


Domingo por la mañana.

Sábado anoche ha muerto, anoche. Lentamente, lánguidamente. Como si no se quisiera ir para siempre, agonizando sin fin, entre lágrimas reprimidas y miradas tristes. Luna llena, cuarto creciente, luna escondida entre las nubes: ¿a quién demonios le importaba anoche?

Y ya son las diez de la mañana. Dolor en la cabeza. Aguarda, no, no es alcohol, ya que también habría dolor en el estómago. Las cobijas se me pegan al cuerpo en una horrorosa pijama de franela para diciembre. Cabello sacudido, levantado acá-allá, ojos tristes, ojerosos, arrugas prematuras: tristeza prematura. Espalda encorvada, y conforme avanzan los segundos, la tristeza va en aumento: comola de ayer, hasta llegar al grado de tragedia anglo mexicana. ¡Ah! espera, no puedes decir eso, no, no esta vez.

Recuerdos, palabras, escritas, dichas, pronunciadas por los dedos de ella: viajando no a través del espacio sonidos guturales, sino palabras mal escritas viajando y llegando en forma de palabras escritas, no dicha: tecnología que me chinga como siempre. Palabras salidas del cerebro a los dedos de ella, de los dedos de ella al teclado, del teclado a mi pantalla, de la pantalla a mis ojos, y de mis ojos a mi corazón. Corazón roto por vez treinta y tres. Creo que no la debí de haber conocido.

"Cómo estás" recibe una respuesta de "¿Qué quieres?". Ayer no hablaba así, no. Es como si el espíritu de tu berrinche del mes pasado hubiera resucitado: no a los tres días, sino a las tres y media semanas. Resurección diabólica. Se torna agria, como la leche - ella, la blanca como la leche. Cambia de opinión de pronto. Quizás yo ya me lo esperaba. Sí, creo que sí.

Un "fuera de mi vida" me echa de mi alegría cotidiana. Tristeza, ausencia, tragedia. Y todo causado por ella. Ojalá no le conociera. Ojalá no hubiera ido a esa fiesta. Y entonces mi vida estaría distinta un sába-domingo aberrante. Un berrinche que regresa como un boomerang. Berrinche que se niega a morir, inmadurez que persiste a los 23 años. Yo hago berrinche-tú haces brrinche-yo hago berrinche-yo me disculpo-tú haces berrinche-yo te abrazo-tú haces berrinche-yo hago enojoso berrinche-tú haces berrinche-tú haces berrinche-yo pido perdón-tú haces berrinche-yo espero-tú haces berrinche-yo me voy al diablo finalmente.

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