miércoles, noviembre 12, 2008

¿Qué pensaba él?

¿Qué pensó él en la noche que avanzaba, casi a medio morir, para perecer al amanecer?

En los recuerdos de su vida reciente, en particular, con respecto a dos chicas, una así, y una asá.

¿Qué diferencias había entre ellas, en el color de sus cabellos, en el color de sus ojos, y en su forma de moverse al caminar?

Una era rubia, la otra también, y la otra no; una tenía ojos verdes, la otra también, y la otra cafés; una caminaba casi de manera sensual, la segunda de manera lenta, y la última caminaba a grandes pasos derrochando energía.

¿Las conocía realmente a als tres?

A la primera pensaba que la conocía, pero sus actos casi caóticos al final de su malograda amistad le hicieron ver que no. A la segunda, por Dios, quién lo podía saber. Y a la tercera, en realidad no, solamente un día en que se le encontró con otra conocida, y fueron brevemente presentados.

¿Y qué cosa pensó, que las incluía a las tres, aunque sólo dos de ellas lo supieron, y la otra ni lo sospechaba?

El disfrutar de sus besos, caricias, noches, días, coitos, sueños, y peleas.

¿Y cómo encontraba de diferentes las potenciales posibilidades de estar con ellas, en términos de la experiencia gratificadora?

Pensó que la primera podría ser una buena conversadora, aunque al final le parecía un buen premio que llevar a casa. La segunda, le parecía de inocencia excesiva, y era, por tanto, una persona poco interesante. Y la tercera, una terrible posibilidad deliciosa de una relación apasionada que quizás les llevaría a grandes dolores y grandes placeres a ambos, antes de que ella, él, o quizás ambos, decidieran que necesitaban vidas más tranquilas, separados.

¿Le dio verguenza darse cuenta de que a una la tomó como premio que presentar y presumir ante sus amigos, en tanto que la otra, menos agraciada, aunque todavía bastante bonita, impetuosa, dicharachera, que contrastaba con la personalidad taciturna, reservada, aunque caótica de la primera, podría representar el verdadero ideal y anhelo de querer y ser querido, en vez de de presumir y ser usado?

No, en realidad, pero sí sorpresa.

¿Pudo a final de cuentas usar como trofeo, como premio que presumirle al mundo, a la primera, deprimida, inestable, caprichosa, inmadura, taciturna, reservada, aunque de ojos enormes, perfecta nariz, cuerpo pulido por los dioses, hecha para atormentar a los hombres?

No, en realidad.

¿Porqué?

Porque ella conoció a un desconocido, y desconociéndole, creyendo conocerle, decidió que le conocía lo suficiente como para a él entregársele, y fue entonces que fue otro el que en otro lado pudo usarla como trofeo o flor que se llevaría en el ojal.

¿Y porqué consideraba ella al desconocido como conocido, en la opinión de nuestro protagonista amigo?

Porque para ella el desconocido no era el desconocido, sino una posibilidad, un sueño, una ilusión, de ser alguien que ella buscaba hace tiempo sin encontrarle, un hombre dominante, malo, misterioso, que le diera sus buenos golpes, que la sometiera, y que le hiciera a ella, además de hacer las más diversas posiciones sexuales, arrastrarse y perder el orgullo todo ante el machismo predomianante de ese desconocido.

¿Y qué pensaba él de la segunda chica, que era también una desconocida, aunque distraída, y no reservada, y quizás menos demente?

Que aunque sus ojos grandes, y belleza en bruto superaba a la otra, su enorme inocencia le exasperaba de una forma que él no podía a entender, a pesar de encontrar que podía ser, de proponérselo, cien veces más bella que la que iba a ser usada como trofeo.

¿Y qué pensaba él de la tercera, mera posibilidad, ilusión, como lo era para la otra su desconocido?

Que su comportamiento exhibionista, su forma de ser aparentemente libre, podría ser una buena forma de volver a intentar estar con mujeres, contrastando con las previas, que eran en apariencia tiernas, dulces, y necesitadas de amor, y que eran, en realidad, las mujeres más inestables y caprichosas que él no le hubiera deseado a sus peores enemigos, por bellas, hermosas, caderonas, piernonas, o chichonas que pudieran ser.

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